Regüeldos de Barselona




Cuando el espíritu de la Núria Feliú se apodera de mí no hay quien me pare, y entonces levanto las manos, me enfundo en un vestido largo de lentejuelas y doy tres pasitos de baile al compás de Scott Joplin:

M'enamoren els timadors
que fan mil trampes
i semblen senyors.

Cómo es Barcelona, senyores. Ya lo he dicho mil veces: desde que se convirtió en el paraíso del turismo Ryanair se ha vuelto imposibla. Gente, gente y más gente en medio de la calle. Y yo, claro, acompañado de Madronita Fartons i Mesqueviures-Rocasolano, intentando mantener la elegancia y la compostura entre tanto guiri maleducado y mal vestido. ¡Si hasta hemos visto calentadores rosas, como los de Eva Nasarre!
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Pero este viatge no me ha sentado muy bien que digamos. Y por culpa de la Madronita, que no contenta con hacerme ir a misa, se empeñó en integrarme gastronómicamente en los Països. Ni más ni menos que el divendres se me ocurrió pedir para cenar un "Mar i Muntanya". Que es muy típico, me decía la muy salope. El Mar y Montaña fue pollo asado acompañado de dos langostinos bien grandes y todo empapado en un suquet, que es una salsa marrón de pescado. Muy rico, muy rico. Y todo ello acompañado de dos botellas de cava que nos pimplamos entre las dos. Así salimos, claro.

Que como nos quedaba una hora antes de entrar en el teatro (porque nosotras somos muy turistas y muy europeas y cenamos a las ocho) nos acercamos al Milano a entonarnos un poquito. Milano es una coctelería que tiene un puntazo a su favor para todas las Patsy de este mundo: abre a las doce del mediodía. El local es amplio y ahora que no hay humo se está muy agradable allí. Por su situación al lado de la Plaza de Cataluña no está lleno de notarios y registradores de la propiedad como el Dry Martini, pero tampoco es el bochinche del Boadas ni el cutrerío del Ascensor. Para llegar a primera hora está muy bien.


Yo iba a ir directo a mi Long Island Ice Tea, pero el amable camarero me sugirió tomar un ZOMBIE. Es un trago largo de tres tipos de ron y un montón de zumos de frutas. Demasiado dulce, pero rico. Y la muy perra de la Madronita se tomó una exquisitez llamada CUCUMBER MARTINI (trago corto con base vodka) que es una de las cosas más ricas que hemos probado en siglos y que desde aquí recomiendo fervorosamente.


Cenadas y contentas, nos fuimos a The Guarry Men Show, en el Teatre Poliorama.
Vamos a ver cómo te lo digo... NO VAYAS.
Cuatro actores escenifican sketches cómicos variados mientras un coro griego de tres hombres hacen un acompañamiento musical a capella o con un ukelele.
Según las notas de prensa, se trata de un espectáculo irreverente, provocador, gamberro y osado.
La cosa empieza muy bien, con la historia de un ama de casa adicta al suavizante Vernel y con una hija fea y un hijo maricón. Muy divertido. Pero sólo ése.


La función se vuelve aburrida y llena de monólogos de sentencias estilo club de la comedia largos e insoportables. Lo que podía ser un espectáculo tipo café-teatro o cabaret se convierte en hora y media de verborrea eterna. Qué cosa más mala. Vale, es gracioso que el coro suelte caca-culo-pedo-pis y no pare de hablar de tetas y chochos, pero eso se agota. Un poquito más de contención, menos monólogo y más acción y unas tijeritas recortando la duración y la obra estaría bien, pero joder, era muy función de fin de curso. Creo que es lo mismo de siempre: el autor es el director y a la vez el actor principal. El rollo de yo me lo guiso yo me lo como y no hay nadie que me diga que me estoy pasando. Con decir que la Madronita se durmió. Claro, el cucumber.
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El caso es que salimos pasada la una de la mañana y con el cuerpo que nos pedía martxa. Y dónde pueden ir dos dignas senyoras de cierta edad, desconectadas casi por completo del ambiente de la Ciudad Condal (Carrión de los Condes) y con el Martin's cerrado. Pero la Madronita, pese a todo, es mujer de recursos, y sacó su fastuoso iPhone:

- Vams a xatear, y que los jóvenes amables de aquí nos ilustren.

Abrió su Grindr y su Scruff y elegimos a los chulánganos que nos podrían dar más mala vida. A todos les hicimos un mensaje Ana Rosa Copiar y Pegar: "¿Oyeee, dónde pueden ir unos chicos como nosotros un viernes por la noche en Barcelonaaaa?"


Después de cinco minutos en los que fuimos absolutamente ignorados, hicimos copy&paste con otros perfiles de gente más normalita. Y recibimos tres respuestas, y las tres iguales: "No sé, yo no salgo, id al Bacon y preguntad". ¿Al Panceta? Ni locas.

¡Pero bueno! ¿Qué sigue pasando los viernes nit en Barcelonaaaaa?
Que están todas en los Carnavales de Sitges, nos dijeron en el primer antro de "muy" mala nota en el que amerizamos. Ya, siempre hay excusa. Cómo son.

Y aquí empezaron los primeros efectos del Mar y Montaña. O sería el cava, el zombi o lo que fuera, el caso es que me empezaron a entrar unos regüeldos increíbles. Vamos, que la boca me sabía a mar, olas, playa con sombrillas, urbanismo salvaje y monte con vaquitas todo junto. Qué horror, quina nochecita.

No me extraña que un jovencito que se me acercó a preguntarme si yo era de Palma de Mallorca saliera escopetado a fumarse un cigarrillo sin volver ya. Pobret, lo espantaría con el aliento. Porque no paraba, oiga, aquello no paraba y no había chicle de eucaliptus salvaje que lo disimulara. Quin espant i quina vergonya.


Y lo peor es que los regüeldos durarían el resto del fin de semana, porque al día siguiente cuando la cosa se había calmando un poco la Madronita me volvió a convencer para tomar una "salchicha del país". ¡Aguanta! Otra noche rezando a San Almax y con el aliento aromatizado de especias picantes. Lo hizo adrede, seguro. ¿Espoleada por el TX???


El sábado, gafas de sol de folklórica en aeropuerto volviendo de Miami mediante, hicimos algo de turismo salvaje: cogimos por primera vez el teleférico desde la Barceloneta a Miramar (ah, esos estudios de TVE, otra vez el recuerdo de la Feliu en esas desconexiones regionales de la 2) y después nos acercamos a la Sagrada Familia.


Lo que he puesto en el Facebook: Por fuera sigue igual de fea y andamiada que siempre, pero por dentro MOLA: es un cruce entre Gotham City y Castillo Disney. Muy espectacular. Además, le han puesto unos medallones que parece que los han comprado en Accesorize. La cola para entrar tampoco fue muy demencial, creo que no llegó a 20 minutos. Soportable.


Una breve siesta para lo que se avecinaba y hala, a aviarse para ir al Anne Boleyn Convention Bureau, que estuvo muy apañado, oiga, sin ser de campanillas.

Lo que ocurriera la noche del sábado ya es algo que ni los regüeldos de la salchicha del país podrán tapar, y que será mejor mantener bajo un oscuro manto de olvido. Sí que me encontré con mi querida Filis, claro, pero fue de manera virtual, a través de la pantalla del teléfono y con una foto descaradamente de cuando hizo su primera comunión o así, que también se ha dado al Gindreo y ahora está como loca aprendiendo a escribir con la k y eliminando las vocales de las palabras.

El domingo, más turisteo y gafas de sol aún más grandes. Y como nosotras somos muy originalas, en vez de meternos en el Museo Picasso que tenía una espantosa cola de guiris desesperados sin saber dónde meterse porque Bershka estaba cerrada, optamos por algo mucho más original y más nuestro: El Museu del Mamut.


La Madronita y yo estuvimos de acuerdo en que toda ciudad debería tener su museo dedicado al mamut, ese animal tan socialmente desprestigiado, y después visitamos la iglesia más antigua de Barcelona, San Pedro de las Pollas (créeme, se llama así, aunque lo escriban con las dos eles separadas por un puntito para disimular, Sant Pere de les Puel·les), porque la Madronita no se puede quedar sin su misa dominical.

Vuelta al aeropuerto y qué chic y qué cómodo queda eso de llevar la tarjeta de embarque en el móvil: entre eso y las gafas te hace sentir cosmopolita total, pese a los regüeldos.


No he encontrado de gratix la canción de la Feliu. Y no me voy a gastar los euros en iTunes para plasmarla aquí, vamos.


3 comentarios :

Unknown dijo...

El anuncio de la obra de teatro es malo con ganas ... si yo veo eso antes de comprar las entradas ya me pueden esperar, sentados.
Es que son malos malos, coño!

:-)

MM de planetamurciano dijo...

Me troncho con los regueldos! Apuesto a ke antes, cuando se fumaba en los locales, no le hubiera pasao...;-p

Anónimo dijo...

Pepita is dead and this blog is dead too.


Anakh Sunamun

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